Si pudiera mirarte desde otro perfil lo haría. Pero no lo permites. Estudio cada día tus movimientos. Aunque te empecinas en desorientarme. Es que no sos muy común. No es que te voy a encontrar por la plaza caminando o mirando las vidrieras para cotejar precios y calidades. Es más esa mitomanía capitalista no te interesa. Ni siquiera debes saber que existe la veleidad mirona consumista.
Es posible que casi siempre te descubra escondida en alguna entrelínea, o desesperada por causas rebotadas por un nadie. Estas perdiendo el tiempo, que es lo único que tienes para perder, pero ni aún así te exasperas.
El arcano, insistes, guarda nuestro sueño desvelado. Aunque lo reverencies nunca desentrañará su secreto.
El arcano, remarcas, tiene un puñado de sorpresas resistentes a los conjuros y omisiones. No hay hechizos que puedan con él.
¿Para qué insistir? Interrogas sarcástica. El arcano perseguidor desafía la paciente espera de la suerte.
Arcano. Secreto. Suerte.
Prendiste una lucecita y penetraste tu mirada en el fondo de mi. "Hoy la luna esta más cerca que nunca. Naceran muchos con los ojos bien abiertos. Seres muy dificiles de engañar..." dijiste como al pasar. Cortaste el ticket para pasar (no para viajar) y lo lamiste pegándolo en el parabrisas. Tu viscosidad babosa se fijó en el cortex de mi mente. Entonces tuve la certeza que junto con tu saliva olorosa partía una época.
miércoles, 23 de marzo de 2011
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