Si aquella hora
penetrase,
en la textura apalabrada
del abismo.
Volvería prescindible,
en un instante,
el clivaje probatorio
del sentido.
Aunque extrañe
la frase redentora,
la conjunción
hiere a fuego
aquel destino.
¿Estará presente
el desatino?
¿Se hará palpable
el desvarío?
Nacer de prisa.
Vivir sorteando.
Morir; quien sabe.
He allí,
el nudo del atisbo.
domingo, 29 de abril de 2012
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