En tu primera cabeza,
la tentación
del léxico;
cual boyante cayado
al incontable.
En tu profano cavilar,
la retracción;
cuña hesitada
y perniciosa,
del origen.
Saltear los vientos.
Avistar los soles.
La estirpe
manda.
Minerva acecha.
Y, en el contraste
impropio
del desierto,
deyecta apabullante,
al ancla en pena.
lunes, 30 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
JUAN
ResponderEliminarla última estrofa es sublime, me la acopio (no apropio)......deyecta apabullante al ancla en pena
acompañado con música de Celestino Piagio, saludos